El pasado 7 de Agosto se estrenaba
mundialmente la tercera película de BTS,
y España, como sabrás por nuestra página, ha sido uno de los países donde se ha
podido ver en pantalla grande. Un acercamiento a la superbanda coreana durante
su gira Love Yourself, que les llevó
por Estados Unidos y Europa que comienza en París, para ver a los siete
integrantes hablar de dicha gira mientras asistimos entre bambalinas a los
entresijos de los conciertos. El documental nos muestra la faceta más humana de
sus miembros, siendo un viaje emotivo al corazón de BTS y una demostración del
éxito mundial tanto de ellos como del k-pop, traspasando la historia del propio
grupo para ayudar a conocer más el mundo de la música pop coreana.
BTS llegan a Paris en 2018,
última parada antes de volver a Corea y disfrutar de unas merecidas vacaciones.
Allí comienzan a hablar de la propia gira, de lo que ha significado para ellos,
mientras asistimos a fragmentos de los conciertos en USA y Europa. De esta forma
viajamos con ellos y les vemos tanto dentro como fuera del escenario, dejando a
un lado a las superestrellas para conocer más íntimamente a los siete jóvenes
cantantes. Y este es uno de los puntos fuertes del film, donde, como bien dice
el título, ofrecen su alma desnuda a sus fans, las Army, su legión de fans. Una imagen poco habitual entre estrellas,
ya sean de la música o del cine, con momentos sumamente emotivos donde vemos a
algunos de ellos llorar por haberse equivocado en alguna canción. La sinceridad
de las imágenes y de su comportamiento mientras van hablando humanizan a estas
estrellas, incluyendo las escenas previas a sus actuaciones. Jóvenes nerviosos
por el resultado, pendientes de dar lo máximo para sus fans, tan importantes
para ellos y el motivo real de su música y esfuerzo. Les vemos prepararse para
cada concierto, sus impresiones anteriores y posteriores a los mismos, todo
ello rodado de forma excelente, con mucho ritmo, entremezclando las actuaciones
con los viajes, comidas, reuniones e incluso el estudio de sus propios
conciertos de cara a mejorar. Es curioso que pongan de relieve fallos que se
ven, y es que al margen de lo que se pueda pensar, no estamos sólo ante un
trabajo que mitifica al grupo, algo que creo haber dejado claro ya. Se puede
pensar que parte de esa sinceridad es impostada de cara al fandom, pero
realmente se nota la sinceridad de todos ellos y de las imágenes, alejándose de
esa perfección de estrellas para mostrar el lado humano de todos ellos. Además, nos reímos, nos emocionamos y compartimos momentos íntimos con ellos, estableciendo unos nexos con los siete que traspasa el tema fan.
Por otro lado, vemos el impacto
del k-pop de forma internacional con esos estadios llenos hasta rebosar o la
visita de BTS a la sede de los premios Grammy,
algo impensable hace tan sólo unos años para cualquier músico coreano. Es
curioso ver cómo durante su visita a Berlín, al ver a gente con camisetas del
grupo, se sorprenden de hasta dónde han llegado, a pesar de llenar estadios con
40.000 personas, pero es que el impacto de la música coreana ha sido tan
sumamente rápido que los propios artífices del mismo no son conscientes de la
importancia que tiene su música en la sociedad occidental, algo que también
podemos ver con las declaraciones de algunas de sus fans y el significado más
allá de su propia música. El k-pop en Occidente se ha convertido en un modo de
vida como ningún tipo de música asiática ha llegado a ser, un despertar de la
individualidad de mucha gente, mujeres y hombres, y una puerta hacia la cultura
coreana, acercando a través de la música otros aspectos como los k-dramas, la
gastronomía y la propia historia del país. De esta forma, y gracias al estreno
de este documental en numerosas ciudades de nuestro país, se establecen
vínculos entre los fans españoles y los grupos coreanos, e incluso entre los
fans norteamericanos y de otras ciudades europeas con nosotros, sintiéndonos
identificados y deseando ser parte de esta gran familia del k-pop llena de
luces y sombras, pero sobre todo de una forma diferente de música, un
espectáculo visual y sonoro que queda perfectamente plasmado en las secuencias
de conciertos, momentos únicos e irrepetibles.
Para terminar, quiero dejar claro
que si desconoces el mundo del k-pop, este documental es, a su vez, una
estupenda forma de conocer su significado, una puerta a un maravilloso nuevo
mundo por descubrir, y si ya lo conoces, aunque no sea fan de BTS, es
indispensable para sumergirse más aún.
Iván Fernández
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