lunes, 3 de mayo de 2021

ENTREVISTA - ESTHER CAMPOS

Hoy entrevistamos para el blog de la Asociación Hwarang a la escritora Esther Campos. Ella es la autora de la novela “La carta coreana: la emoción invisible” Una historia que conecta al lector con la magia especial que tienen tanto los dramas coreanos, como la cultura de este país. 

Hola Esther, antes de nada quiero darte las gracias, tanto en nombre de la Asociación Cultural Hwarang como en el mio propio, por concedernos esta entrevista.

Acabo de terminar tu novela, “La carta coreana”. Me ha parecido soberbia. He disfrutado leyéndola. Es de esas historias con las que es imposible no emocionarse y que demuestra, tu calidad como escritora.

Me alegro muchísimo, muchas gracias, viniendo de ti que que vives rodeada de libros es un gran cumplido.

Esther, ¿cuándo supiste que querías ser escritora?

Soy una persona con muchas inquietudes y escribir es una de ellas, aunque hasta el confinamiento no me puse el reto de escribir una novela y publicarla. Escribir ha sido un gran refugio contra el estrés y una forma maravillosa de viajar desde el sofá de mi casa, como lo es leer y ver series con historias que te tocan el alma.

En la novela, Corea del Sur, juega un importante papel ¿Cómo surgió la idea de escribirla y por qué ambientarla en Corea del Sur’. Los aportes que haces tanto sobre la Historia como sobre la cultura coreana son excelentes. 

Gracias, viniendo de vuestra Asociación y con el conocimiento que tenéis de la cultura coreana aprecio mucho la crítica. Escribí “La carta coreana” por gratitud.  Me sentía en deuda con los k-dramas que descubrí en Netflix al principio de la pandemia por acompañarme en mis horas de insomnio y porque reavivaron mi deseo de escribir novelas románticas.  Muchos usuarios de plataformas digitales que no les dan la más mínima oportunidad es porque sienten que estas series vienen de una cultura demasiado alejada de la nuestra, pero yo estoy convencida de que son las emociones las que unen a las personas y derriban barreras, todo lo demás es secundario.   Mi novela, es una mirada occidental hacia esas series, por  lo que nos hacen sentir y por la curiosidad que despiertan por la cultura coreana.

¿Cómo te documentaste? ¿ Te resultó difícil conseguir esta información?

Fue algo gradual,  aparte de la muchísima información que las propias series aportan sobre la cultura coreana,  empecé a ver algunos canales de Youtube, blogs…descubriendo que hay muchos y algunos de extraordinaria calidad y humanidad.  Creo que el gobierno de Corea del Sur potencia que haya “k-influencers” y “reporteros honorarios” facilitando información en muchísimos países y yo iba saltando de unos a otros, eligiendo un poco de aquí y de allá. En algunos me quedaba enganchadísima y me suscribía. El paso siguiente fue aprender “Hangul” de forma autodidacta e iniciarme en el aprendizaje del coreano, que es un idioma fascinante.  Afortunadamente, con la globalización e internet,  hay muchísimos recursos y hoy por hoy quien quiere estudiar cualquier idioma lo tiene muy fácil,  aunque para avanzar creo que es importante poder estudiar con metodología.  En la novela, la protagonista es una absoluta principiante y yo no voy mucho más adelantada, pero me gusta el idioma y su musicalidad.

Al inicio de la novela, explicas que está dedicada a los actores y productores del drama “Chocolate”. ¿qué tienen para ti los dramas coreanos que no tengan una serie occidental?

En la narrativa occidental, tanto en cine como en literatura, los géneros son más estancos y el romanticismo es algo que se sacrifica para dar más credibilidad a la trama.  En los dramas coreanos los géneros se mezclan con más facilidad y la historia de amor conduce y reina sobre el guión. A esto se suma su maravillosa fotografía y las bandas sonoras, esos elementos sensoriales potencian las emociones y eso es algo que he intentado también llevar a la novela. Otros elementos son la creación de triángulos amorosos en los que no es fácil como espectadores posicionarse, como ocurre en la vida misma y el magistral uso del “flash-back” para crear suspense y justificar la predestinación de los personajes.  En “Chocolate” en particular,  hay una historia de amor entre dos personas que están rotas psicológica y físicamente y que lo tienen todo en contra para encontrarse, además, ambientada en un hospital de enfermos terminales.  Lo tiene todo para ser la serie más deprimente del mundo y por contra, es mágica y te reconcilia con el ser humano y su existencia.

Uno de mis personajes favoritos es Hyun Kwan, ¿ te has inspirado en algún actor coreano para darle vida?

Sí y creo que doy muchas pistas para saber quién es…, aunque en la novela es algo más joven que en la actualidad. Lo que pasa es que me he dado cuenta que cada lectora imagina a su actor coreano favorito al leerla,  así que prefiero que se siga manteniendo esa ilusión.

Otro de mis personajes es el paciente 214. Ese misterio que le envuelve y esa bondad que irradia lo hacen especial. ¿Por qué un anciano para que haga de puente entre la cultura coreana y la europea?

En las series coreanas,  quizás por el respeto que en Corea sienten por los mayores, los abuelos son muy importantes.  Lo acabamos de ver con el éxito de la película Minari y el Oscar a actriz secundaria que se ha llevado Youn Yuh-jung por esa “abuela coreana” tan poco ortodoxa y a la vez tan tierna.  Además, en pleno confinamiento, los ancianos, en todo el mundo, estaban pasando situaciones de aislamiento y soledad insoportables que sólo los profesionales cerca de ellos podían ayudar a paliar.  El discurso ético de mi novela,  al estilo de los k-dramas, que siempre intentan transmitir valores positivos, es que no debemos olvidar que en cada persona mayor, por dependiente que nos parezca,  hay un pasado, pero sobre todo un presente de emociones que no debemos desatender aunque ya no nos parezcan capaces de poder expresarlas.

También me ha gustado mucho el personaje de Emily, me he sentido identificada con ella, especialmente en el momento en el que es atrapada por la ola coreana, ¿te ha ocurrido lo mismo? ¿qué es lo que te atrae y fascina de Corea, de su cultura, de su historia?

Sí,  por supuesto, todas somos un poco Emily.  A mí me fascina la capacidad de cautivar de los coreanos,   su forma de enamorar al espectador y al lector y también en las redes sociales. Es cierto que son una potencia tecnológica pero la ola coreana tiene que ver con poner en valor su identidad como país.  Están orgullosos de su identidad coreana, de sus tradiciones y su lengua,  frente a los colosos chinos y japoneses; orgullosos de su sentimiento “han” como pueblo que ha sufrido muchísimo y que ahora es referente de desarrollo económico y de la industria del entretenimiento global.  Ahora bien, me parece que deben acompasar esa fascinación que despiertan con una política de inmigración más inclusiva de los extranjeros a largo plazo porque muchas personas están preparándose para trabajar allí como docentes, traductores, creadores de contenidos, investigadores…y hoy por hoy no tienen fácil residir allí de forma permanente.

De todos ellos, ¿cuál es tu personaje favorito y por qué?

No soy experta en cultura coreana,  aunque sigo fuentes oficiales del Centro de Cultura Coreana de su Embajada en Madrid por ejemplo y cada día aprendo algún episodio nuevo.  Me parece un hecho admirable la decisión del rey Sejong, el Grande, de crear el alfabeto“hangeul”.  Yo trabajo en el mundo de la inclusión de personas con discapacidad y siento admiración por los idiomas alternativos que se crean para favorecer la accesibilidad cognitiva,  como el alfabeto Braille y la Lengua de Signos para las personas con discapacidad sensorial ( en la novela cito la historia de superación de Hellen Keller, una niña sordo-ciega que llegó a ser profesora porque se inventaron estos idiomas ).  El alfabeto Hangeul se inventa en una fecha concreta, en 1443, con una metodología y un fin inclusivo,  para que el pueblo coreano llano pueda expresarse, acceder a la cultura,  poner en palabras sus sentimientos,  lo que no podían hacer con el alfabeto chino.

Cuando estás leyendo tu novela, es imposible no meterse en la piel de los personajes, es un relato que te atrapa. Como escritora ¿qué sentías mientras estabas dándole vida?

Pues sentía las mismas emociones que creo sienten los lectores,  de hecho escribo de noche y con música indie coreana o soft-kpop para estar concentrada en la historia y dejar que fluya.  No planifico mucho ni hago borradores ni todas esas cosas que se estudian en los talleres de escritura.  No digo que no sean útiles pero yo escribo como si estuviese viviendo la historia.  Hay capítulos en los que he llorado mucho y en otros me he reído un montón. Después, hay un trabajo de revisión para poner la estructura sobre los cimientos y que resulte estética y ligera.

La novela es autopublicada. ¿ te encontraste con muchos obstáculos para publicarla?

Yo no he enviado la novela a ninguna editorial ni tampoco he utilizado ningún servicio editorial.  Debe ser maravilloso tener apoyo de expertos y que te hagan todo el trabajo que no sea el de escribir tu historia,  pero yo igual que vivía muy ajena a la ola coreana también vivía y vivo ajena al mundo editorial,  aunque sí estoy algo familiarizada con las artes gráficas y las redes sociales por mi trabajo en la ONG.  Así que opté por la plataforma KDP de autopublicación de AMAZON,  que sin ser difícil, tiene su complejidad y subí el manuscrito en formato digital,  unos días después,  activé la opción del libro impreso y su distribución extendida para las librerías que lo quisieran y empecé a hablar de la novela en las redes sociales.  En mi trabajo decimos que equivocarse es siempre una oportunidad para aprender y de los errores de la edición española se ha beneficiado la edición en inglés, que ya ha tenido un “parto” más fácil.  A esto se le llama hoy poéticamente ser un autor “indie” o “independiente”.  Yo lo llamo ser un escritor sin presupuesto de marketing, pero procuro disfrutar de la libertad que conlleva.

“La carta coreana” ¿ va a ser tu única novela ambientada en Corea o tienes ya pensada otra?

Estoy ahora escribiendo una historia muy divertida y muy romántica que aborda cómo vivimos el choque cultural desde el aspecto religioso o más espiritual.  De los temas más interesantes y menos conocidos de Corea del Sur es cómo surge allí el catolicismo, es el único país donde surge sin misioneros, sólo por el interés de los intelectuales coreanos de encontrar una ética que superase las diferencias de clase del confucianismo.  Lo importaron de China por el único canal diplomático que se les permitía y fructificó por sí mismo, por el deseo de las primeras comunidades de base de vivir como hermanos.  Es un fenómeno sin precedentes en la historia de las religiones. Lo vi en sus k-dramas,  es algo que ellos mismos cuentan en sus historias y que me llamó muchísimo la atención.  Como sigo el canal youtube de la misionera española Ester Palma, que lleva quince años en Corea del Sur y tiene una tesis doctoral muy interesante sobre este tema,  me he ido documentando algo más.  Después, ya veremos,  quizás haya una secuela de “La carta coreana” porque en mi cabeza los personajes siguen viviendo su historia de amor donde la dejé… y es una historia increíble

¿Qué le dirías a un lector para que leyese tu novela?

Pues que hay millones de libros y cada día se publican miles de libros en Amazon y en otras plataformas.  Es casi imposible decirle algo que no suene a slogan publicitario,  y lo último a lo que mi novela se parece es a un producto de marketing por mucho que la “ola coreana” sea un fenómeno mediático global.  Es una historia escrita para emocionar,  para creer en el amor romántico, que no es patrimonio de los asiáticos ni de los occidentales,  es patrimonio de la humanidad;  tener fe en el amor siempre nos hará más felices y ese es el propósito de la novela,  proporcionar un rato de felicidad.

Esther, te agradezco mucho el tiempo que nos has dedicado pero, sobre todo, te doy las gracias por haber escrito esta novela tan buena, con esta historia que te atrapa desde el principio. Te felicito sinceramente. Deseo que la edición inglesa sea todo un éxito porque te lo mereces.

Muchísima gracias a tí, Ysabel y a la Asociación Hwarang.

그라시아 스 에스더 ( Gracias, Esther)

https://www.amazon.es/CARTA-COREANA-emoci%C3%B3n-invisible/dp/B08QX4T2G4

YSABEL MESEGUER SERRANO

No hay comentarios:

Publicar un comentario

[CINE] - 16ª EDICIÓN DEL FESTIVAL DE CINE COREANO EN MADRID

El Centro Cultural Coreano en España realizará una nueva edición, la 16ª, del Festival de Cine Coreano en Madrid , que tendrá lugar los días...