NOTA MENTAL PARA NAVEGANTES: Hemos de recordar que en sus inicios, todas las Artes Marciales estaban enfocadas a la defensa personal y a salvar vidas por lo que las técnicas debían ser rápidas y efectivas, dado que el buen uso de los brazos y las manos en distancias cortas, era primordial. Un paso en falso con una patada podría resultar fatídico para el atacante. De hecho hoy en día también son más las técnicas de puño/mano tanto en Karate como en Taekwondo, pero por desgracia, ya han quedado muy en desuso al implementarse y posicionarse de forma abrumadora las técnicas de piernas en la competición de “Kirougui” (Combate) en su versión deportiva bajo las reglas de la World Taekwondo.
Sin embargo, dejando los puños aparte, son muchos también los Clubes o Escuelas que en sus escudos aparece algún animal mitológico como los Dragones, los cuales por cierto, en Asia tienen connotaciones positivas, no como en Occidente que están asociados al Diablo… Recordemos el mito de San Jorge y el Dragón, por ejemplo, representación clásica de la lucha entre el Bien y el Mal. En fin, nosotros siempre dando la nota. Pero el caso, es que en lo que quiero incidir en este artículo, es en los Tigres (호랑이 “Horang-i” en HanGul), los cuales también adquieren un sentido entre la filosofía oriental y el mito.
Y si alguno se ha fijado algo más en los detalles, algunos de esos tigres suelen ser, además, de color blanco en referencia clara al Tigre Blanco o Siberiano (En Coreano Baek-Ho), al cual se le reconoce mayor sabiduría al atribuirle mayor capacidad de esfuerzo y perseverancia ante las adversidades, que su pariente de color (de ahí que se quedara blanco, como cuando a uno le salen canas de los disgustos que le da a uno la vida, vamos… Broma sin gracia, lo sé).
-De hecho, en
Korea, al Tigre se le conoce como el “Rey de la Montaña” adquiriendo condición
incluso de Deidad, junto con otros animales mitológicos, como explicaré más
adelante-.
Dragones y Tigres, además, en la Cultura Milenaria Oriental, forman parte de los Cuatro Símbolos (animales) Mitológicos de las Constelaciones Chinas, junto con la Tortuga y el “pájaro bermellón” (que algunos confunden erróneamente con un Águila o un Ave Fénix). Animales conocidos también como los 4 Guardianes o 4 Dioses Protectores, representando cada uno de ellos una Estación (Primavera, Verano, Otoño e Invierno) y uno de los 5 elementos Taoístas (Madera, Tierra, Agua, Metal y Fuego).
Para el caso del Tigre Blanco, este representa el
Guardián del Otoño y el elemento metal. Y los Chinos también tenían la creencia
de que era el Dios de la Guerra. Casi nada.
Claro está que, en los tiempos modernos que corren habrá multitud de profesores o Maestros de Artes Marciales (sobretodo los más jóvenes o noveles), que habrán escogido los logos representativos de su Club/escuela, simplemente por una cuestión de afinidad estética y marketing para con sus negocios, porque les atrae su imagen o les aporta fuerza o ferocidad visual, sin mirar más allá del trasfondo filosófico o místico-marcial del mismo, pero como se suele decir, en esta vida todo tiene una razón de ser, aunque esta sea involuntaria y, en las Artes Marciales o mejor dicho, en la Cultura “Marcial” y/o “Oriental” todo está más que masticado desde hace decenas, cientos o incluso miles de años. Por lo que en el caso que nos afecta, el uso de los Tigres en los emblemas de Clubes no solo de Taekwondo, sino de otras muchas Artes Marciales, -coreanas o no-, e incluso deportes como el fútbol (el logo de la Federación Koreana de fútbol es un tigre) no iba a ser una excepción y atiende a razones más profundas propias ya del folklore y veneración popular.
No en vano, los coreanos han crecido escuchando fabulosas leyendas y cuentos ancestrales sobre Tigres y, de hecho, es bastante habitual encontrar infinidad de representaciones pictóricas o escultóricas, tanto en Templos como en casas particulares, como una especie de talismanes de protección ante la “invasión de las fuerzas del mal”. No es de extrañar que podamos incluso aseverar sin lugar a dudas, que los Tigres, están más que integrados en el ADN de los coreanos.
Imagen de
Tigre Talismán que se colgaba en las puertas de las casas tradicionalmente para
ahuyentar a
los espíritus malignos durante el Año Nuevo. |
Cabe decir también que, en la simpatía y veneración de los coreanos hacia los Tigres ayudó “algo” el hecho que durante miles de años, la Península de Corea fue un lugar de gran abundancia de Tigres en libertad por sus características orográficas de gran cantidad de montañas y extensos bosques.
Curiosamente a Corea se la llamaba la “Nación de los Tigres”, aunque en la actualidad no queda ni uno en libertad que se sepa, pues se cree que tras la ocupación japonesa, entre 1910 y 1945, los tigres fueron exterminados de forma masiva y se extinguieron, por lo que no hay evidencia de su existencia en Corea desde hace ¡¡casi un siglo!! Esto último puede ser una de las razones por las que la admiración del pueblo coreano por este animal, -que ya de por sí infundía el máximo respeto y resultaba fascinante-, supera a la de otros Países de Asia, como China o Japón en a los que los tigres tienen también su relevancia pero en menor medida.
Vamos, que en resumidas cuentas al Tigre, sin comerlo
ni beberlo, se le ha considerado hasta nuestro días, como una especie de
espíritu protector sin igual, al que se le otorgaron además atributos morales
extra, que rozaban la excelencia suprema (Fuerza, Resistencia, Sabiduría,
Humildad, Fortuna, Perseverancia, etc...), aglutinado en su figura, cualidades
tanto reales como imaginarias o fantásticas.
Pero si en términos históricos, tuviéramos que ponerle una fecha clave a partir de la cual el Tigre comienza a adquirir su relevancia dentro de la cultura Coreana, ese momento sería sin duda hace más de 4000 años (2300 a.C. aprox.), a partir del “Mito de DanGun”, padre fundador del primer Reino de la Península Coreana, Gojoseon.
En dicho mito, dos animales sagrados, un Oso y un Tigre, quisieron convertirse en humanos y tras tener que superar una dura prueba de ayuno, el Oso superó la prueba convirtiéndose en en mujer engendrando posteriormente a DanGun, (el hijo del Príncipe Celestial Hwanung), el cual acabaría fundando la ciudad de Pyeongyang, el cual llamó a su nación “Joseon”.El tigre, incapaz de aguantar el ayuno marcado, no pudo convertirse en humano conservando su forma animal, pero quedó para siempre vinculado a los Dioses como ente protector.
El Oso y el Tigre junto con el
Príncipe Celestial
Para mayor conocimiento y curiosidad de los practicantes de Taekwondo en todas sus vertientes, decir que dichas formas o “Hyongs”, fueron creadas con mucha anterioridad a la existencia de los Poomsaes oficiales de Kukkiwon, -la “Sede Mundial del Taekwondo”-, (así como de los fugaces Palwes desechados en un breve periodo de tiempo) y que durante varias décadas, entre los años 50 y 70 (año arriba, año abajo) formaron parte del currículum de la KTA (Korea Taekwondo Association) y absorbidas, por tanto, por las otras Kwan (escuelas precursoras), dado que hasta la fecha no existían "katas" genuinamente coreanas, ya que las únicas formas que se practicaban eran en su mayoría, las propias del Karate Shotokan debido a la fuerte influencia japonesa. Cosa obvia, dado que la gran mayoría de “padres fundadores” del Taekwondo primigenio, habían sido estudiantes de Karate durante la invasión japonesa. Durante esas décadas convulsas y de muchos cambios y hasta con guerras de por medio, el General Choi Hong Hi, se acabaría desvinculando de la KTA, (el órgano que sentaba algo de orden en el Taekwondo), por desavenencias políticas tanto con el Gobierno como con el resto de líderes de las Kwan y acabaría fundando su conocida ITF (International Taekwon-Do Federation), donde se siguieron practicando las formas tradicionales de Oh Do Kwan (Chang'Hon Hyongs), dentro de los llamados “Tules” (sinónimo de Hyong que también significa patrón o forma), eliminando alguna e incorporando nuevas formas adicionales ya propias de ITF hasta completar las 24 actuales, con variaciones en las técnicas y con el característico movimiento sinusoide, que a partir de los años 80-90 se introdujo precisamente para otorgarles mayor diferenciación de los hyongs, -que aún se seguían practicando en las otras Kwan de forma interna y en otras Asociaciones Independientes de “TaeKwonDo Tradicional”-, así como también de los “nuevos” Poomsaes marcados por Kukkiwon a partir de los años 70-80 característicos de los practicantes del Taekwondo WT u olímpico. Detalle de un
tigre blanco en la portada de una carpeta de Certificado de Dan |
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