Este nuevo papel permitía darles
a las fotos una textura más pictórica a las fotos impresas, además de
flexibilidad y transparencia, elementos que Chae Wook ha sabido usar en sus
obras, ya fuesen planas (la textura pictórica), con relieve (la flexibilidad) o
la iluminación inteligente (transparencia) Y son estos conceptos los que
podemos ver en el proceso de transición entre las distintas series sobre
montañas de su trabajo.
En 2018 nacía la segunda fase, o fase de paisajes inteligentes,
centrándose en montañas concretas, Seoraksan
en 2016, Insubongn en 2018 y Jirisan en 2020. Por último, la fase de
paisajes añil, con las tres series
de Blue Mountain en 2021, 2022 y
2023. Durante esta presentación, Chae Wook mostró el trabajo en las tres
montañas y en las distintas fases, con el trabajo de efecto de tinta negra en
las rocas de Ulsan en el Parque Nacional del monte Seoraksan, el uso dela
cámara de formato 6x15, analógica y panorámica para este trabajo (permitiendo
la impresión a gran formato), y la mencionada primera foto arrugada, de las
cascadas de Towangseong, que le dieron la impresión de rocas, y dando pie a
esta extraordinaria técnica que ha usado en diversas exposiciones, como con el
Buda de Bongchonam, de 8 metros de altura. Y fue una de estas montañas, concretamente
Jirisan, vista desde Deokyusan en el invierno de 2009, la que haría que Lim
Chae Wook comenzase a desarrollar el proyecto Blue Mountain, descubriendo unos azules muy intensos.
Como he indicado, realmente sería
2021 el año que vería la luz Blue Mountain, no sin antes realizar un estudio
para ver en qué condiciones, esos añiles eran tan vivos y se podían ver de
forma óptima. Concretamente vio que tenían que ser días fríos y despejados de
invierno, entre las 9 las 12 de la mañana, con una temperatura de entre -20 a
0º C y a contraluz. El resultado es esta serie de fotografías armónicas y extremadamente
bellas.
Otro aspecto de su obra es el uso
de luces LED de colores que reaccionan con la música, voces o ruido. En 2007, Chae Wook estaba
en un concierto de Coldplay, y en el
tema, observó los lightstick del
público, por lo que se le ocurrió este experimento que comenzaría en 2010. En
la exposición podemos ver una de sus obras de este estilo.
Tras la charla del autor, se hicieron
diversas preguntas, tanto por parte de dos fotógrafos profesionales como por
parte de los asistentes. Entre las preguntas realizadas, se habló de cuándo
elegía hacer fotos en blanco y negro o color, dependiendo de si hay gama
cromática o no, o el contacto con otros fotógrafos coreanos, que lo tiene, pero
debido a cierto distanciamiento por su planteamiento más artístico, debido a
esa unión de conceptos fotográficos con pictóricos, , no tiene una relación, al
margen de haber formado parte de un grupo de fotógrafos que rompen algo los
conceptos más tradicionales de la fotografía.
Y tras finalizar esta
presentación y tomar un refrigerio, se
repartieron reproducciones de algunas de sus obras, que Lim Chae Wook firmó,
además de poder hacernos fotos con él, y después, la sala de exposiciones del
Centro Cultural Coreano abrió sus puertas a todo el mundo. Dos colaboradores
del CCC explicaron a los nuevos asistentes las bases del trabajo del autor y
realizaron tres preguntas al público, y quienes respondieron bien, fueron
obsequiados con una taza donde estaba impresa una de sus obras. Y en la última
pregunta, yo mismo fui quien consiguió la taza.
Una exposición muy hermosa, con
unas composiciones y unos colores que te dejan absorto admirando su belleza y
su calma, transportándote a las majestuosas montañas coreanas. Y aunque cuando
leas esto estará la exposición a punto de finalizar, te recomendamos desde Hwarang que saques tiempo para verla y
admirarla.
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